Cada día es más evidente que los científicos, los políticos, las instituciones internacionales y las grandes empresas multinacionales, todos ellos trabajan no exactamente para el bien común, y esto es realmente grave en el campo de la salud donde el público es sistemáticamente engañado, más que nada por intereses económicos o, por otro lado, si algún que otro Gobierno no quiere que se sepa lo que realmente ocurre. Últimamente los escándalos en este campo se suceden bastante a menudo. Voy a dar aquí solamente dos ejemplos:
Ahí está el reciente episodio con el famoso fármaco contra el colesterol, el Lipobay y mi multinacional favorita, la casa alemana Bayer, que tenía que retirar el producto del mercado en el 2001, solamente cuatro años después de su lanzamiento*. Tan sólo en los EEUU había causado decenas de muertos y la empresa tenía que indemnizar a los familiares con sumas que superaban el billón de dólares.
Uno de los últimos escándalos de esta serie es de febrero de este año (2008), que es antes de ayer, diría yo, ¿no?, se refiere al famoso antidepresivo Prozac - supongo que lo habréis visto en todos los periódicos -, y sus productos afines.
En este caso se acusa a la industria de ocultar todos los datos negativos. Desde su lanzamiento al mercado, en 1988, unos 74 millones de personas en el mundo han tomado Prozac (lo que es mucha gente, diría yo), generando decenas de millones de dólares para sus inventores, la multinacional Eli Lily. Pero el primer gran montaje de esta larga serie de cosas raras fue la epidemia que empezó en España la primavera de 1981, ahora casi exactamente hace 27 años. La misteriosa enfermedad que causó más de 1.500 muertos y lesionó gravemente a otras 25.000 personas – otros investigadores médicos lo sitúan en 60.000 u 80.000 personas. En principio se le llamó: “una neumonía atípica”. Hoy es mundialmente conocida como el síndrome del aceite tóxico o también el síndrome del aceite de colza. Y esto gracias a la ayuda de organismos tan reputados como la OMS y el CDC, el famoso Centro para el Control de las Enfermedades de Atlanta.
Yo, cada vez que oigo - cuando pasa algo en el mundo - en la radio o en la tele: “Expertos de la OMS o expertos del CDC han dicho...”, empiezo a temblar.
Gudrun Greunke. Periodista nacida en Berlín, Greunke es uno de los referentes europeos en el campo del periodismo de investigación. Reside desde hace más de treinta años en nuestro país, donde ha ejercido de corresponsal para agencias como Reuters o publicaciones como Der Spiegel o Stern.
Del folleto de Spectra '08:
"L'any 1988 Gudrun Greunke publicà a l'editorial Obelisco el llibre "El montaje del síndrome tóxico", on desmunta la tesi oficial de l'oli de colza com agent causant de l'enverinament massiu, apuntant cap a pesticides organofosforats com els causants. L'any 1991 Gudrun Greunke va realitzar per la Yorkshire TV el documental "Posioned Lives", (Vides emmetzinades), sobre l'afer."
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